Y después de muchos días disfrutando de casi toda la geografía española, ya tocaba comenzar ruta por el sur y más con el pedazo de clima que trajo la entrada del otoño. Mis últimos días de Disfrutadora los disfruté recorriendo tres provincias andaluzas: Almería, Granada y Cádiz.
En Almería, en pleno Cabo de Gata y a escasos metros de la playa se encuentra el Camping Cabo de Gata. El camping dispone de todos los servicios necesarios: parcelas amplias y con sombra, bungalows, piscina, parque infantil, animaciones en temporada, restaurante…
Pero sin duda la palabra que define al camping Cabo de Gata es playa. Por eso, voy a centrar este post precisamente en eso, en las playas del Cabo de Gata.
El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar es un paraíso por descubrir. Se trata de una de las zonas más áridas y vírgenes de Europa y está situado en un espacio protegido Reserva de la Biosfera con 63 km de costa. Es sin duda un lugar singular y único que nos deja numerosas calas y rincones para perderse una y otra vez y luego volverse a encontrar.
El Camping se encuentra situado a tan solo 20 Kms de la ciudad de Almería y a 4 kms de San Miguel de Cabo de Gata y tiene un acceso privado a la Playa del Charco que además de la playa, acoge una laguna con flamencos rosas y algunas aves en peligro de extinción. Además, por la zona tenemos algunos miradores para que los amantes del avistamiento de aves puedan contemplar las más de 100 especies distintas que habitan el lugar.
El pueblo de San Miguel de Cabo de Gata, tradicionalmente pesquero ahora encuentra su principal actividad económica en la agricultura en los cuantiosos invernaderos que rodean al camping. Además tiene una playa con la “Q” de Calidad Turística de varios kilómetros de extensión.
Continuando en línea recta, después de la Playa del Charco y la de San Miguel de Cabo de Gata llegaremos al Faro de Cabo de Gata desde donde podemos contemplar el impresionante Arrecife de las Sirenas en el mirador del mismo nombre situado en un acantilado de 50 metros.
El faro fue construido como advertencia para los marineros de la peligrosa Laja del Cabo, un arrecife causante de muchos naufragios a lo largo de la historia.
Un poco antes de llegar al faro, tenemos la playa del pueblo de La Almadraba de Monteleva, de fácil acceso y con aparcamiento.
Llegados a este punto ya rugían nuestros estómagos pero queríamos visitar un lugar muy interesante y especial para todo curioso y amante de la literatura: El Cortijo del Fraile y en cuya trágica historia se inspiró Federico García Lorca para sus “Bodas de Sangre”.
A pocos kilómetros de Los Albaricoques, se encuentra este cortijo señorial construido por los frailes dominicos en el siglo XVIII y que después de haber sido utilizado durante casi un siglo para labores del campo, terminó en manos de un empleado de la finca que decidió casar a su hija Francisca Cañadas (Paca la Coja) y el matrimonio terminó en tragedia. Horas antes de la boda ocurrió lo que ahora es conocido como “El Crimen de Níjar”. La novia, dejó plantado a su novio y huyó con su primo Francisco Montes Cañada a lomos de una mula. Cuando apenas habían recorrido ocho kilómetros, Francisco Montes cayó muerto a tiros. A ella intentaron estrangularla y consiguió salvarse haciéndose la muerta.
En la actualidad los supervivientes ya han fallecido pero sus años de vida los pasaron en la zona a pocos kilómetros uno del otro, aunque nunca volvieron a encontrarse…
El cortijo tiene un bochornoso estado de conservación aunque para los que nos gustan los lugares abandonados tiene su encanto. Además ha sido escenario de los western de Sergio Leone, en concreto de “El Bueno, el Feo y el Malo”.
Toda la zona que rodea al pueblo de Los Albaricoques es fiel estampa de los años más prósperos del “spaghetti western”.
Y para los amantes del género, una visita obligada en la zona es el Hostal Rural “Alba”. Un bar al más puro estilo “western”, pero western del nuestro: “made in Andalucía”.
Un museo vivo del cine del oeste almeriense donde poder reanimar el estómago con unas ricas tapitas.
Después de la visita al cortijo y comer unas tapas en el lejano oeste, continuamos la ruta de playas.
La siguiente parada es una de las playas favoritas de El Cabo de Gata: La Playa de Las Negras.
Está situada en el pueblo de Las Negras y tiene mucho ambiente y actividad turística. Es una playa muy bien protegida del viento de poniente y tiene muy buen acceso, aparcamiento, duchas, chiringuitos, aguas cristalinas y muchas piedrecitas negras (de ahí su nombre).
Continuamos con La Playa del Playazo de Rodalquilar. Quizás una de las playas más bonitas de Almería, aunque en verano quizás más “masificada”. De arena dorada y fina y con aguas tranquilas presenta unas condiciones sublimes para el baño además de tener sitio donde aparcar el coche muy cerca.
Por un lado está envuelta por montañas y por el otro al cobijo del Castillo de San Ramón. Este castillo está erigido sobre una duna fosilizada con bonitas vistas del playazo y de los acantilados de La Molata.
En Rodalquilar, además, se conservan los restos de una antigua Mina de Oro. Yo solamente visité sus exteriores pero estoy convencida de que por dentro debe tener mucho encanto…
Continuamos ahora hasta el mirador de la Isleta de Moro, situado en un pueblo turístico de pescadores y desde donde se tienen unas vistas excelentes de los cerros denominados El Fraile y El Fraile Chico, máxima cota de la sierra volcánica del Cabo de Gata.
Seguimos avanzando para llegar a la piedra más fotografiada de toda la costa almeriense. En La Playa de Los Escullos encontramos una playa amplia y de arena fina y una duna fósil petrificada y con formas de lo más curiosas debidas a la erosión.
La siguente playa, La Playa de los Genoveses es junto con Mónsul una de las playas vírgenes con más éxito de la zona. Está aproximadamente a un kilómetro a pie del pueblo de San José y se conserva pura por lo que hay que cuidarla y disfrutarla como tal.
Y qué mejor manera de cerrar el día que vivir el espectacular atardecer de la Playa de Mónsul.
Creo que las imágenes hablan por sí solas.
Cerca del Camping Cabo de Gata, como veis, tenemos numerosos atractivos así que para no alargarme más… ¡haré una segunda parte!
Un abrazo, Disfrutadores